Las personas que viven en África no tienen el objetivo de venir a morir en las puertas de Europa, no caen en manos de las llamadas mafias de la inmigración por gusto. Las mujeres migrantes tampoco son violadas o captadas por redes de trata por casualidad. Los niños y niñas no mueren en los naufragios por accidente. Todas estas muertes, todo este sufrimiento que rodea la Frontera Sur europea tiene causas conocidas y tras cada muerte violenta hay responsables.
Por eso nos parece inaceptable la explicación dada por el Presidente del Gobierno «Si hay un responsable de todo lo que ha sucedido son las mafias que trafican con seres humanos» ha afirmado tras conocer la muerte violenta de, al menos, 37 personas intentando acceder a la ciudad de Melilla.
La Federación Andalucía Acoge y todas las organizaciones que la conforman condenamos las muertes de las 37 personas, muchas de ellas refugiadas, que trataban de ejercer su derecho a migrar. Una vez más, el drama humano sucedido en la frontera hispano-marroquí de Melilla es consecuencia de una violencia estructural que condena a millones de personas en África a huir de sus países buscando un futuro en Europa. Violencia que hunde sus raíces en un modelo económico mundial destinado a sostener los beneficios multimillonarios de las empresas transnacionales.
Consecuentemente denunciamos las políticas de la Unión Europea que cada vez profundizan más en financiar a gobiernos externos a la propia UE, con dinero público aportado por la ciudadanía europea, para que repriman sin respeto por los derechos humanos, ni siquiera por el derecho a la vida, a las personas migrantes y refugiadas que intentan llegar a Europa. Gobiernos que han aprendido a chantajear a la UE para conseguir cada vez más lucro a costa de la vida de las personas migrantes y refugiadas.
Denunciamos la falta de preocupación por construir soluciones viables para que las personas migrantes y refugiadas tengan vías seguras de movilidad internacional que eviten los abusos de los que son víctima en su proceso de tránsito a la frontera europea.
Denunciamos también la falta de transparencia que rodea la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad marroquíes y españoles en la frontera. Sin acceso a la información por parte de la prensa es imposible ejercer el control ciudadano de la actuación de nuestros poderes públicos, elemento fundamental de las sociedades democráticas.
Exigimos, una vez más, la solución de todas estas lacras de las que, a través de nuestros impuestos, nos hacen corresponsables. Y, de forma muy especial, en este momento exigimos también que, al menos, se trate con respeto y sensibilidad las muertes de las personas migrantes por nuestros representantes públicos; asumiendo la responsabilidad compartida en el modelo de frontera que las provoca. Un modelo diseñado y financiado por España y la Unión Europea en una política fracasada de gestión de las migraciones.
Exigimos también a nuestros representantes públicos que se reconozca la frustración que, para las personas que creemos en los derechos humanos y el valor supremo de la vida, significa contemplar sistemáticamente este drama creado por el desigual reparto de la riqueza mundial. No podemos caer en la normalización de estos sucesos. Las muertes, la violencia y el sufrimiento en la frontera no son inevitables. No podemos asumir la vulneración una y otra vez nuestro propio ordenamiento jurídico, ni los derechos humanos de las personas a las que se condena a la clandestinidad a través de unas políticas migratorias injustas.
Por todo ello, exigimos y promoveremos que el Presidente del Gobierno aclare la responsabilidad española en estas muertes y explique qué mecanismos de garantía piensa aplicar a futuro para evitar una nueva tragedia.
Por último, recordamos que todos los muertos tienen nombre y una historia personal detrás de superación y búsqueda de una vida digna. Por eso mandamos nuestra solidaridad y apoyo a las víctimas de esta tragedia y a sus familiares y amistades.
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