Reflexión del secretario de Andalucía Acoge, Mikel Araguás, sobre el acceso en condiciones normalizadas a los servicios sociales

Reflexionábamos hace un par de meses en esta misma columna sobre el acceso de las personas inmigrantes al voto como mecanismo de cohesión social. En esta línea me gustaría reflexionar sobre otra cuestión, en la que merece la pena pararse un minuto y que es un elemento fundamental para la construcción de la verdadera ciudadanía: el acceso en condiciones normalizadas a los servicios sociales.

Estamos asistiendo a una paulatina “revolución” en el tratamiento de las personas inmigrantes desde la atención comunitaria; una revolución que, haciendo un poco de memoria, parte de la atención básica inicial que entidades sin ánimo de lucro iniciaron en los albores de la incorporación de personas inmigrantes a nuestra sociedad. Se trata de una atención realizada a menudo con más corazón que cabeza, en un momento en el que los modelos de trabajo social son tan profesionalizados, como diversos y dispersos; y todo ello en un escenario en el que el estado del bienestar deja de ser ejecutado por la administración pública para ser gestionado por entidades del tercer sector.

En este sentido, es interesante observar cómo en esta última década, la administración (fundamentalmente local), a medida que la población ha ido cambiando debido a los flujos migratorios, ha dado un paso adelante ofreciendo servicios de atención básica a las personas inmigrantes en condiciones de igualdad, de forma que, acertadamente, ha relacionado la residencia con acceso a servicios sociales.

En este sentido, desde Andalucía Acoge, siempre hemos apostado por este camino que muy valientemente han emprendido alguno de nuestros municipios, frente a otras estrategias que han abordado la situación desde una óptica diferente. Estrategias, que están tratando de plantear la diversidad desde un prisma parcial, que sólo tiene en cuenta la variable nacimiento, lo que provoca soluciones parciales a una sociedad compleja. Desde este punto de vista, se fragmenta a la ciudadanía y la atención que se realiza, creando múltiples prestaciones en función de sesgos interesados, generando servicios sociales específicos para inmigrantes, mujeres, mayores y un largo etcétera.

Dos posturas enfrentadas: la del conjunto y la diversidad de la ciudadanía frente a la especificidad de los colectivos. Dos posturas que aparecerán en las elecciones municipales y que nos deberán hacer pensar en el modelo de sociedad que queremos crear en nuestro municipio.

 

MIKEL ARAGUÁS
Secretario General de Andalucía Acoge

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