En este boletín encontramos artículos sobre el acuerdo UE- Turquía y los Migration Compacts en África

El control de las fronteras exteriores del espacio Schengen se deslocaliza por medio de la subcontratación, cada vez más frecuente, confiada a países de tránsito o de salida. El bloqueo de las personas en su periplo migratorio pasa por la política de vecindad, la firma de diversos acuerdos (cooperación, ayuda al desarrollo, gestión concertada de flujos migratorios o readmisión) y de nuevos instrumentos como los Migration compacts.

Las presiones sobre los Estados de África o del Medio Oriente para que promulguen leyes que repriman «la emigración ilegal» completan esta delegación de la vigilancia de las fronteras de la Unión Europea (UE).

La UE quiere librarse de acoger a las personas exiliadas e ignora la voluntad y la capacidad de otros países para acogerlas. Abandona así a personas que huyen de guerras, dictaduras o regiones devastadas a la Turquía de Erdogan, a Níger –uno de los países más pobres del planeta–, incluso a Libia, un Estado fallido, envuelto en múltiples luchas armadas, pero identificado como principal socio de las próximas negociaciones.

En esta línea, en el boletín nº 5 de Migreurop se profundiza a través de varios artículos en el acuerdo UE- Turquía y los marcos de cooperación establecidos para externalizar la política migratoria de la UE hacia los países africanos.

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