Una de las características más relevantes de las migraciones modernas del siglo XXI ha consistido en el rápido crecimiento de la participación de las mujeres.
Aunque la presencia de mujeres en las migraciones no es nueva, la proporción ha crecido de forma constante.
Este aumento constante y progresivo del número de mujeres que migran de forma autónoma tiene que ser entendido dentro del marco global de la situación mundial, donde el género se configura como una variable que atraviesa todo el proceso.
Para poder comprender los procesos migratorios y la importante participación de las mujeres en los mismos, es necesario analizar los acontecimientos que se están produciendo en este contexto, a distintos niveles, tanto en las sociedades de origen como en las sociedades de destino de la inmigración.
Desde las sociedades de origen el proceso de globalización ha ocasionado el empobrecimiento de los grupos más vulnerables y la expansión de los circuitos alternativos de supervivencia; a la vez que desde las sociedades de destino los cambios socio-económicos producidos están creando nuevos espacios para la ocupación de mujeres migrantes.
El género atraviesa todo el proyecto migratorio. Las experiencias migratorias de las mujeres difieren claramente de las vividas por sus compañeros varones. A la hora de analizar las experiencias vividas por las mujeres migrantes, es necesario contar con una visión diversificada y alejada de estereotipos y no tener una mirada única ya que el grupo de mujeres migrantes es tan heterogéneo como las sociedades de las que forman parte. Cada historia de vida es única.
En este sentido, Andalucía Acoge desarrolla proyectos dirigidos a trabajar específicamente con mujeres migrantes.
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