“No más muertes en el Estrecho. Por un mar solidario y acogedor”. Bajo este lema, el pasado martes 17 de enero Algeciras Acoge, asociación federada en Andalucía Acoge, junto a APDHA Campo de Gibraltar convocaron una concentración en la Plaza Alta de Algeciras para denunciar las políticas migratorias europeas y mostrar nuestra indignación ante estas situaciones.

Durante la concentración se leyó el siguiente comunicado:

El día 12 de enero aparecían en diferentes  diarios titulares como estos: “Aparece muerto un tercer inmigrante en Tarifa”,  “Un inmigrante muerto” o “Hallado en aguas de Tarifa el cadáver de otro inmigrante que trataba de entrar en España”.  Esta noticia nos traslada de forma automática a los hechos acaecidos durante el pasado fin de semana en nuestras costas. Sin embargo, hemos de decir que esos titulares no corresponden a este suceso. Se trata de unos hechos que sucedieron, en efecto el día 12 de enero en Tarifa, pero en el año ¡¡1991!!

Se repite la trágica historia de muerte de inmigrantes en el Estrecho, muy cerca de nuestras casas, muy cerca de nosotros: ¡veintiséis años después!

Es momento para recordar, que desde que apareció la primera persona inmigrante en nuestras playas, en noviembre de 1988, son incontables y, por supuesto un número demasiado grande, las personas que han fallecido tratando de llegar a la tan deseada Europa.

Y también es momento para preguntarse ¿Esto no va cambiar nunca? ¿Seguirán muriendo personas que solo aspiran al legítimo derecho a mejorar sus vidas?

Estas personas han muerto ahogadas en el Mediterráneo este fin de semana, otras mueren de frío en campos de refugiados en los Balcanes, otras murieron al tratar de entrar nadando a Ceuta, otras intentando saltar la valla de Melilla…Triste recordar el año 2016: el mayor número de personas muertas en el Mediterráneo (3740).

¿Y si las personas que vienen tienen suerte, no mueren y logran llegar a nuestras costas y son “felizmente” rescatadas? Les espera otro tipo de “muerte”: son encerradas- privadas de libertad- en el único Centro de Internamiento de Extranjeros de Andalucía, el de Algeciras. Han cometido el “delito” de no tener papeles y  de aspirar a una vida mejor;  y por eso tendrán que estar en ese centro que no cumple las mínimas condiciones de habitabilidad, y, con toda probabilidad, serán expulsadas a su país en unas semanas.

Es decir que las personas que proceden del continente africano y deciden llegar a Europa por esta vía- cruzando el mar en embarcación- tienen las siguientes probabilidades: la muerte en el Estrecho, la detención e ingreso en el CIE, su expulsión al país de origen o en algunos casos la libertad en España con escasísimas posibilidades de documentación y vida y trabajo dignos. En el supuesto cada vez más improbable  de llegar a nuestras costas sin ser detectada, les espera la inseguridad y la vulnerabilidad propias de las personas que, simplemente, se considera que no existen, sin derechos y obligadas a una vida de clandestinidad.

Inevitablemente surgen preguntas: ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué tiene que morir gente que solo quiere vivir? ¿Quién es o quiénes son los responsables de esto?

Lo fácil es buscar culpables inmediatos y desviar la atención de la opinión pública. Y así, el Subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sr. Muñoz, ha declarado en medios de comunicación ante estos hechos que: “…seguimos trabajando en la lucha contra los auténticos responsables de estas muertes como son las mafias de la inmigración”. ¡Qué fácil es culpar a otros de estas muertes, y si son extranjeros, mejor!

No se acuerda el Subdelegado del Gobierno del abismo existente entre el Norte y el Sur. No se acuerda de las personas migrantes africanas que huyen de las guerras civiles, de los regímenes dictatoriales y de la miseria. Estas circunstancias si que son responsables de la huida de tantas personas hacia Europa. Tampoco se dice nada de las grandes sumas de dinero que se invierten para “protegernos” de los pobres del mundo: vallas con cuchillas en Melilla, sofisticados sistemas de detección (el SIVE)…

¿Por qué las personas migrantes hacen un viaje tan peligroso para venir a Europa, poniendo en riesgo su vida, dejando atrás familia, amigos, su cultura? Precisamente para alejarse de todo aquello que se ha dicho y que dificulta o impide una vida normalizada de la gente.

Hoy estamos aquí lamentándonos por lo sucedido hace unos días y nos unimos en el dolor por la pérdida de estas personas a sus familiares y amigos.

Pero además debemos exigir a la Europa de la que formamos parte, a nuestro país, España, y a los países de origen y tránsito, que su responsabilidad debe ser proteger a las personas, garantizar su vida y su desarrollo humano y no crear, como está sucediendo, trampas mortales que nieguen esa vida digna a la que todos, africanos y europeos, tenemos derecho.

¡BASTA YA!
¡POR UN ESTRECHO DE VIDA Y ESPERANZA!
¡POR UN MAR SOLIDARIO Y ACOGEDOR!

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